GUSTAVO ARANEDA
martes, septiembre 25, 2007
EL VALOR DE LA PALABRA
Por mucho tiempo dejé de escribir, fueron varias las razones, pero primó el hecho que necesitaba encontrar un nuevo rumbo para mi existencia.
Es difícil a veces saber enfilar los pasos, cuando son muchas las situaciones que al mismo tiempo tironean, cada una de ellas con sus propios intereses.
Me asilé en un sano principio de las relaciones humanas cimentadas en la verdad, y eso es lo que resolví.
Hay un actor en la existencia de cada uno de nosotros, con una poderosa influencia y que hace, muchas veces, que perdamos rumbo y a personas importantes que están cerca.
A pesar que los años nos enseña a ser prudente, y es lo posible a ser sabios, inevitablemente se cometen errores que cuando los años ya se han acumulado esos errores duelen, pero duelen en silencio.
Hoy recomienzo este Blog dándole un valor adicional a la palabra, la palabra que debe decir verdad, eso lo he tratado de hacer desde hace ya tiempo, cuando le tuve que decir a mi esposa que el matrimonio no podía seguir, porque la había dejado de amar... luego empleé la palabra para decir; por ti a partir de ahora me la juego por entero, sólo te pido una sola cosa; que siempre reine en esta relación la verdad por sobre cualquier otra consideración, y así lo cumplí.
Pienso que un hombre que no es capaz de jugarse por completo y "a concho" por la mujer que dice amar, o no la ama o, definitivamente es intrínsecamente un cobarde y un mentiroso.
Un hombre puede estar lleno de limitaciones, solo necesita tener presente y vivienciar el valor para enfrentar el amor, y el conocimiento para saber cuando retirarme, el saber renunciar al Yo para conformar un NOSOTROS, cambiar el pro qué por un para, y el hacer de su pareja la reina de su existencia.
Es difícil a veces saber enfilar los pasos, cuando son muchas las situaciones que al mismo tiempo tironean, cada una de ellas con sus propios intereses.
Me asilé en un sano principio de las relaciones humanas cimentadas en la verdad, y eso es lo que resolví.
Hay un actor en la existencia de cada uno de nosotros, con una poderosa influencia y que hace, muchas veces, que perdamos rumbo y a personas importantes que están cerca.
A pesar que los años nos enseña a ser prudente, y es lo posible a ser sabios, inevitablemente se cometen errores que cuando los años ya se han acumulado esos errores duelen, pero duelen en silencio.
Hoy recomienzo este Blog dándole un valor adicional a la palabra, la palabra que debe decir verdad, eso lo he tratado de hacer desde hace ya tiempo, cuando le tuve que decir a mi esposa que el matrimonio no podía seguir, porque la había dejado de amar... luego empleé la palabra para decir; por ti a partir de ahora me la juego por entero, sólo te pido una sola cosa; que siempre reine en esta relación la verdad por sobre cualquier otra consideración, y así lo cumplí.
Pienso que un hombre que no es capaz de jugarse por completo y "a concho" por la mujer que dice amar, o no la ama o, definitivamente es intrínsecamente un cobarde y un mentiroso.
Un hombre puede estar lleno de limitaciones, solo necesita tener presente y vivienciar el valor para enfrentar el amor, y el conocimiento para saber cuando retirarme, el saber renunciar al Yo para conformar un NOSOTROS, cambiar el pro qué por un para, y el hacer de su pareja la reina de su existencia.
