GUSTAVO ARANEDA
martes, julio 24, 2007
26.- EL ULTIMO CAPITULO DE ESTA HISTORIA.
Muy cerca de mi ocaso yo te bendigo, vida,
Porque nunca me diste esperanza fallida,
Ni trabajos injustos, ni pena inmerecida.
Porque veo al final de mi rudo camino,
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas,
cuando plante rosales; coseche siempre rosas.
...Cierto; a mis lozanías va a seguir el invierno,
¡¡mas nunca dijiste que mayo era eterno!!
halle sin duda largas noches de penas,
mas no prometiste solamente noche buenas,
y en cambio tuve unas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acaricio mi faz,
¡Vida nada me debes!
¡Vida; estamos en paz!
Todo llega a un fin, el fin normalmente es la muerte, no necesariamente la muerte física, hay muchas maneras de morir.
Cada paso de etapa, en la vida, es una muerte que le sigue un nacimiento. En el período de la transición se debe hacer un recuento de lo que se vivió, a fin de no pasar a la etapa siguiente con cargas innecesarias, o karmas o mochilas, como se le quiera llamar.
En mi vida he tenido varias muertes y varios renaceres, como así, las etapas fueron buenas, mas o menos o malas, pero etapas de mi vida al fin y al cabo.
Esta vez, mas reflexivo y mas maduro (eso creo) debo reconocer que, a pesar de mis experiencias, nuevamente he aprendido de las personas con las cuales me relacioné, esta vez no mayores que yo, normalmente se cree que las enseñanzas proviene de personas mayores, ese es un error.
Esta etapa concluye con un reconocimiento a la lección entregada por Roberta, quien no dejando huellas profundas en mí ser, me permitió modificar mi óptica de la vida y así, acelerar el fin de esta etapa, la cual se precipitó por una gran pena.
Las penas no son necesariamente producto de un desamor, la mía, se produjo por una desilusión, aceptando que cada uno es, en su naturaleza, y como es universalmente sabido, la naturaleza de las personas es el ADN de su carácter, nunca me imaginé que proviniera de una persona a la cual siempre le manifesté una gran confianza objetiva, basada en sus cualidades y valores, sin embargo, de una manera que, aun no logro entender, lisa y llanamente desconoció toda presencia de mi.
No quiero dar la sensación del hombre desvalido y víctima de una perversa mujer, eso sería una injusticia para con ella y no estaría de acorde con mi manera de ser, sólo quiero dejar en claro que a las personas NUNCA se les deja de conocer, siempre habrá una arista desconocida que en su momento aflorará, y en este caso, fue para causar un corte profundo que ha provocado un definitivo término de una relación de amistad y complicidad.
¡Vida; estamos en paz!
Poema: En Paz
de: Amado Nervo (mexicano)
2 Comentarios:
Gracias por el recuerdo y la reflexión. Que loca vida, como que siento que este periodo de transición en el que estoy le viene al poema.