GUSTAVO ARANEDA
domingo, mayo 13, 2007
24.- UN ALTO EN EL CAMINO
Este fin de semana he viajado hacia Villa Alemana cumpliendo con un ritual que hago desde hace casi dos años, cada vez que las circunstancias me lo permiten. El sábado por la tarde visito a mi padre que se encuentra en una casa de reposo, el domingo en la mañana voy a ver a mi madre que mora en el cementerio parque desde el 99 y ya en la tarde antes de viajar de regreso a Santiago, paso nuevamente a ver al Oscarito (así se llama mi viejo).
Cuento todo esto porque por esta experiencia me ha permitido aprender muchas cosas que de alguna manera, y muy a mi sorpresa, se viven muchas personas y que del tema guardan reserva.
Esta experiencia que me estoy viviendo me ha permitido pulir muchas aristas de mi imperfecta existencia a golpe de duras situaciones que, mas de alguna vez, me han dejado muy deprimido, claro que, en otras oportunidades, me he reído de muy buenas ganas gracias a las “salidas” de mi viejo ya que su mente transita, indistintamente, entre el mundo real normal, para nosotros, y su mundo real (el de él). Muchas veces me ha llevado a sus tiempos de niñez y me cuenta alguna de sus experiencias en tiempo presente y que por fortuna yo ya conozco y le sigo el amén, en esos momentos en mi rostro debo mostrar concentración y alegría de sus aventuras que generalmente son muy jocosas, pero por dentro siento una pena terrible de ver a esa persona que en algún momento fue mi icono, mi soporte y hoy…bueno es un niño…
Todo esto es a propósito que por motivos comerciales que afectó este fin de semana, la celebración del día de la madre, y en la casa de reposo, donde también hay “lolas” de condiciones mas o menos parecida a la de mi padre, y que por esos excesivo sentimentalismos, producto del marketing, el ambiente de esa casa no se escapó, y a pesar de su sordera, el viejo cachó todo esto del día de la madre y me preguntó;
Oye ¿Yo tengo mamá?,
Y aunque estoy preparado para las preguntas sorpresivas esta casi me hace perder el control…
Pero Oscarito, La Meche (mi abuela) murió el 82.
Se quedó callado un instante…
¿Entonces no tengo mamá?
Mmm contesté asintiendo afirmativamente con la cabeza…
Para mi estas situaciones son muy complicadas, pues no se que es lo que esta pasando realmente por su mente y se que cualquiera alteración brusca le puede provocar una descompensación y eso sería prácticamente fatal. Desde que esta en ese estado nunca le he ocultado la verdad y ese es un pacto que hicimos, desde que se produjo los primeros asomos de su enfermedad…y desde ese entonces, todo lo que le digo, él lo acepta como si fuese ley. Se acomodó en su sillón y preguntó
¿Y mi papá esta solo en el campo entonces?
Volví a tragar saliva y se me hizo un nudo en la garganta, José del Carmen (mi abuelo) murió en 1969.
Le quedé mirando y mi rostro fue cambiando lentamente de expresión de “cara de pregunta” a “cara de me estás haciendo una broma” sabía que estaba en su mundo pero por otra parte, no le podía mentir.
Al ver que mi respuesta se demoraba, él se volvió a acomodar en su asiento y mirando hacia los otros residentes que estaban en la sala de estar, y a modo de conformidad dijo;
¡Putas que estoy cagado!, y volvió a quedar en silencio…
Oscarito, sólo somos tú, yo y mi hermana…
Si poh, porque la Flor María (mi madre) murió…dijo en tono de conclusión.
Cierto…
No lograba aquilatar cuanto de él estaba “acá” y cuanto estaba “allá”, le tomé la mano y le hice cariño, el puso su otra mano sobre la mía y nos quedamos en silencio… yo no se por donde viajó su mente, lo que si se que la mía hizo un rápido recorrido por casi toda mi existencia. Y en ese recorrido volví a tomar conciencia de mis actos, plagados de desaciertos y errores, mezclados con otras conductas que me han permitido granjearme el respeto y el cariño de algunas personas, incluyendo a Roberta.
Llegué a casa y a través del Internet envié algunas tarjetas virtuales a damas que en algún momento de mi vida fueron muy importante y a Roberta, que actualmente lo es… mañana llamaré a mi ex esposa y algunas amigas para saludarle y la Flor María le llevaré claveles rosados que depositaré en su lápida.
Este artículo es diferente, y quisiera representar en una amiga del ciber-espacio que actualmente esta esperando una hija - “La guatona orgullosa” un saludo muy afectuoso a todas las mamás, a las que pronto van a serlo, y a las que a futuro lo serán.
La vida y los años hacen que en cada uno de nosotros se desarrolle una hipersensibilidad y a contra partida nos hace, aparentemente dar la sensación de “duros”; craso error, no es que nos pongamos insensibles, sino que aprendemos a recibir los golpes con estoicismo casi espartano… eso lo he aprendido, viendo a mi padre en el estado que está, que ahora debo tener mano firme y justa para hacerme cargo del timón de una familia que va mas allá de mi círculo íntimo… con todo lo que me he vivido he comprendido, entre otros aspectos, ese símbolo caricaturizado en “la viejita” retando a un mastodonte tipo Schwarzenegger muy compungido…porque, ¡puchas que hace falta la mamá! Aunque uno tenga cien años…
Mi conclusión es que uno puede estar sin nadie alrededor y no se esta solo... mientras tengas la mamá viva.

lunes, mayo 07, 2007
23.- ¿PUNTO INCIAL.. O.. PUNTO FINAL?
Si algo me excita de una mujer por sobre una belleza física, un cuerpo proporcionado y armonioso es la conducta imprevisible, la irreverencia, la osadía, y por sobre todo lo anterior, la inteligencia que aplique en sus acciones.
Creía que mi ex pareja era insuperable e inolvidable, pero después de la última visita de Roberta, me cambió todos los parámetros y me dejó lleno de interrogantes, al punto que por instantes me hizo sentir que nada hubo antes que ella y que para el futuro solo ella existirá, sin embargo, de Roberta solo habrá un grato recuerdo y una intima convicción que cuando se de la oportunidad de encontrarnos, el tiempo juntos, será un tiempo maravilloso, donde sólo el uno será para el otro.
No soy muy dado a contar aspectos que considero son propios de la intimidad de una pareja, pues, creo que el exhibicionismo es característica propia de las personas débiles y necesitadas de atención y, que no son capaces de aceptar que, a veces, se debe vivir en la sombra del anonimato
Eso fue uno de los temas que conversamos con Roberta, entre tantos otros, ya que de alguna manera sintió que había sido algo desilusionada por mi, al incluir algunos detalles, muy propios de nuestra convivencia en mis escritos, entendiendo que tras ellos bien podría, modestamente, entregar algunas señales a los que los leyeran.
¿Qué?
¿Qué cómo podrías…?
Si te escuché…
¿Entonces?
Me extraña…
¿Qué cosa?
Tu pregunta…
¿Por qué?
Porque los dos sabemos la respuesta…
Es cierto…
Inevitablemente, los hombres como las mujeres tenemos características básicas propias del género y que éstas se hacen más evidente cuando los intereses entran en el área de los sentimientos y los afectos. Es la necesidad, propia de la naturaleza, el sentido de la propiedad, a lo cual, en ciertas circunstancias, nos revelamos, pero inevitablemente llegamos a ese trance cuando los impulsos comienzan a ser preponderante desde el corazón y no de la racionalidad.
Tú también…
Pero…
No hay pero…
Pero lo hay
Si, es cierto, lo hay…
Lo que pasa es que…
No me des explicaciones ni detalles, solo basta un si…
Si…
Si… no lo puedo negar… pero creo que debes darte la oportunidad de intentarlo nuevamente.